Thursday, April 06, 2006

Barón

Este es el corazón de la máquina.
De todo el tiempo que viví en Valparaíso, no recuerdo haber reparado en ellos. Solo veía la gran rueda giratoria que va entre las dos cabinas, pero nunca había ingresado a la "sala de máquinas". El olor a fierro y grasa transporta a cualquiera. Ver los fusibles, dispositivos hasta cien veces mas grandes que los actuales (y uno se asombra cuando ve los "tubos" de las radios antiguas), el cable de acero trenzado que nunca descansa.... y todo aún funciona!!

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